viernes, marzo 16, 2007

UN NUEVO OCEANO





Estamos asistiendo a la formación de un nuevo océano, el sexto. Ante nuestras propias narices, y poco a poco, la corteza terrestre mantiene la tensión descendente en la cuenca del Desierto del Afar,una de las regiones más inhóspitas del planeta, a caballo entre Etiopía, Eritrea y Somalia. Hace algunos años el geógrafo belga Aaron Tazieff comenzó con las mediciones en el Erta Aleh, casi en erupción permanente, y trazó una malla de testigos láser para medir con precisión la apertura de la dorsal, que afortunadamente es la primera dorsal que puede ser estudiada bajo el implacable sol del desierto. La grieta abierta ya llega a medir ocho metros de ancha en algunos lugares, lo que nos da idea de su constante actividad. El basalto ya está presente en sus fondos, y se pueden contemplar fosas de más de cien metros de profundidad. Toda la zona está, por supuesto, bajo el nivel del mar, y solo unas pequeñas elevaciones impiden que lentamente el Mar Rojo, venga a ocupar lo que en un futuro va a ser su casa habitual. El tiempo geológico es distinto del tiempo humano, y lo que para la Tierra parece inminente, tendremos que aguardar unos diez millones de años para que en una de las zonas más duras del planeta se abra un maravilloso océano.