El ciclón Nargis ha causado miles de muertos y ha asolado el sur de Birmania con vientos de más de 197 Km por hora. Hasta aquí la noticia podría considerarse como "normal", ya que la incidencia de ciclones, o mejor dicho, tifones en el sur de Birmania es un hecho casi habitual. Pero lo que ya no se puede considerar como normal es que India avisó con dos días de antelación al "Régimen militar birmano" del peligro de incidencia cierta del ciclón en Birmania, y el gobierno no alertó a la población, con lo cual no pudieron tomar las más elementales medidas de protección. Pero, si esa noticia nos causa estupor y extrañeza, no lo es menos que las ayudas internacionales se estén distribuyendo con cuenta gotas ya que el mismo gobierno impide la entrada en el país de colaboradores humanitarios, ante la posibilidad de que camuflados como colaboradores se escondan periodistas que puedan contar algo que no se parezca a la "verdad oficial", y ya se sabe que en estos países, solo es verdad, lo que es verdad oficialmente. A los dirigentes birmanos les da más miedo la libertad que el desastre natural, ya que para ellos la libertad si que sería un desastre.
