martes, abril 22, 2008

La prueba


Ya me extrañaba a mi, ver el otro día por televisión a los "monjes tibetanos" patear las puertas de los comercios chinos en Lhassa, e incendiarlos poco después. Ya me parecía que algo no cuadraba, que no estaba en sintonía con su comportamiento. Los monjes y monjas tibetanos que han soportado tantos años de opresión en su propio país, encarcelados y torturados sin piedad y que han aguantado resistiendo con la única fuerza de sus convicciones morales superiores. Ahora no podían girar en sentido contrario y revolverse violentamente contra sus verdugos. Todo parecía muy extraño y... los servicios secretos británicos nos proporcionan la prueba. Los soldados chinos reciben la ropa con la que posteriormente se disfrazarian de monjes, para darle a China la excusa de una feroz represión que le asegure la paz y la tranquilidad en los Juegos Olímpicos. Terrible y maquiavélico.