lunes, noviembre 12, 2007

ELIZABETH : LA EDAD DE ORO.



El día del estreno asistí a la proyección de la película "Elizabeth : La edad de oro" del director pakistaní Shekhar kapur y protagonizada en sus papeles principales por Cate Blanchett, Geoffrey Rush y Clive Owen.
A la reina Isabel la llevan casi a la sacralización, y en una de sus ultimas escenas aparece montada en un caballo blanco con su armadura reluciente y una enorme peluca rubia arengando a las tropas. De momento pensé en Juana de Arco, la Doncella de Orleans, y hasta parecía ,o bien que se le iba a aparecer Santa Catalina, o mismamente que iba a volar, puestos a disparatar cualquier cosa es posible. En esa misma escena el personaje dice que "ella representa la libertad y que España representa la Inquisición", como si no se supiese la facilidad con que rodaban cabezas en la Torre de Londres, su misma madre a manos de su padre, y todos los desafectos a la postura que ella representaba, incluida, claro está su misma prima la reina Maria Estuardo, reina de Escocia que le cortan la cabeza después de tenerla recluida en prisión acusada de conspirar contra ella.
En el otro lado aparecen los españoles, los malos claro,además malos muy malos, cercanos al satanismo. La figura de Felipe II interpretada por Jordi Mollá es lamentable. El Rey Felipe aparece moreno, cuando todo el mundo sabe que era rubio, ahí están los cuadros del Tiziano, pero además aparece con dificultades para andar y hasta para hablar,casi un incapaz, balbuceando, agarrado a varios rosarios, ojos febriles y acompañado por su hija Isabel que lleva siempre en las manos una muñeca con la cara de la Reina de Inglaterra, misterio de los misterios ¿que hará la niña con la muñeca?, ¿vudu? no se sabe. Los embajadores españoles rozan la caricatura y hasta el enanismo, en contraposición a los aguerridos ingleses altos y perfectos.
Otra película donde de nuevo se recurre a los estereotipos fáciles, donde vuelve a estar presente la imagen distorsionada de la historia. En el cine los "malos" siempre son los indios, los japoneses, los nazis y los españoles. ¿Donde queda en la película la figura del Príncipe renacentista propietario de la mayor biblioteca de su tiempo, junto a la del Vaticano?, ¿Donde queda el coleccionista de arte, admirador de El Bosco?, ¿Una persona admiradora de El Bosco puede ser un integrista católico?, ¿Donde está el protector de Arias Montano?. Otra vez es injusto el trato dado a la Historia en el cine, y todo para engrandecer y casi sacralizar obsesiva mente a la Reina Isabel I de Inglaterra. Ambos fueron personajes de su tiempo, y como tal actuaron, y quizás que más extraño que el comportamiento de Felipe II,que al fin y al cabo defendía los intereses del mayor imperio de la historia, fuese la obsesión por no casarse de la reina. La historiografía inglesa todavía le va dando vueltas al asunto. ¿obsesión por la virginidad?, ¿Por algún motivo?, ¿Lesbianismo?. Entregarse en cuerpo y alma a su pueblo, la postura mas amable y benévola, ¿la más ingenua?.
La película termina afirmando que tras la derrota de España se abre para Inglaterra un largo periodo de tranquilidad política. Entonces... ¿como se explica que tras la muerte de la reina se inician al menos dos siglos de incertidumbre política, de cambios de dinastías, de proclamaciones de repúblicas efímeras, de ajusticiamientos de reyes y de guerras civiles, al menos hasta el siglo XVIII?.
Lo malo del asunto no es que el director o el guionista cometan errores, lo lamentable es que la inmensa mayoría de las personas que ven la película, tienden a creer lo que se les cuenta: la reina joven, hermosa, moderna, caritativa, amante de la libertad y de su pueblo, inmaculada, entronizada, vestida de blanco, devota, amiga y confidente de sus amigas, enamorada en silencio, abnegada... etc etc. La sola compilación de todas estas virtudes en una sola persona es sospechosa de que... en algo nos están mintiendo.