El círculo de piedras de Stonehenge enclavado en medio de la maravillosa campiña inglesa, nos sigue dando noticias. Ahora resulta, que después de numerosas investigaciones, no es cierto, lo que hasta hace poco dábamos por seguro. Según el trabajo realizado, el monumento es 300 años más joven de lo que creíamos.La verdad es que esto importa poco, sobre todo cuando lo podemos situar fácilmente en el segundo milenio antes de Cristo. El monumento es muy interesante, y no deja a nadie indiferente de los que lo han visitado, pero lo cierto y seguro es que, ahora mismo no tenemos ni idea de para que servía, o cual era su utilidad. Se han barajado multitud de hipótesis al respecto, como por ejemplo la de que era utilizado como gran centro ceremonial coincidiendo con el solsticio de verano, en el que los rayos del sol en su nacimiento atraviesan completamente el eje del monumento por el centro, y lo más insólito, que en Woodhenge a solo tres kilómetros de distancia, el mismo día el sol atraviesa el monumento en su puesta. Si todo esto nos asombra, sobre todo, el hecho de que se tuviera ese tipo de información en esa fecha, también nos maravilla que fuese excavado utilizando únicamente astas de ciervo para cavar las trincheras y los círculos exteriores. Stonehenge es una prueba palpable de la cantidad de trabajo que todavía nos queda por hacer. En estos tiempos en los que el hombre, al ser capaz de manejar un ordenador, mira con soberbia hacia atrás, y ni siquiera es capaz de precisar siquiera lo que ha sido en el pasado.
