Una exposición sobre los etruscos se abre en Madrid, concretamente en el Museo Arqueológico Nacional. Esta muestra nos va a llevar a preguntarnos otra vez ¿quienes eran estos etruscos?. Sabemos donde vivían, en Etruria, en la Península Itálica. Conocemos su arte, la delicadeza de sus bronces, Quien no conoce hoy la “loba capitolina “, símbolo del Senado romano y también del Ayuntamiento de Roma, y como no, de La Roma, del equipo de fútbol, que la llevan todos sus jugadores en las camisetas, o la quimera de Arezzo.
Del mundo etrusco desconocemos casi todo, y lo que conocemos nos plantea muchas incógnitas, como por ejemplo su escritura, que no deriva de ningún tronco conocido, desde luego no tiene conexión con el mundo indoeuropeo, y la cual está todavía por descifrar. De este pueblo tan particular hay noticias desde el IX a de C. Y desarrolla toda su actividad hasta la irrupción de Roma en su ámbito mas cercano. Conocemos sus tumbas, esos banquetes funerarios famosos donde se brinda y se ríe sin temor a nada. Conocemos sus ojos almendrados al igual que los Kuroi griegos, Compartieron escenario, el Mediterráneo, con los aqueos, los dorios, jonios, cretenses, y también no lo olvidemos con los íberos. El príncipe de Baños comparte estéticamente elementos ornamentales con aqueos y etruscos, de forma tan sorprendente, estando tan alejados cultural y geográficamente, que parece que el Mediterráneo más que separarlos los amalgama.
¿De donde proceden?. ¿Chipre?, ¿Anatólia?, ¿Cuenca oriental del Mediterráneo?, ¿Centroeuropa?. Nada sabemos a ciencia cierta de esto, lo que los hace todavía más interesantes y enigmáticos.
