sábado, septiembre 26, 2009

Mezquita de Jenne.


Cercano a 1.240, cuando en la Península Ibérica el Islám perdía el Reino de Murcia a manos de las tropas cristianas de los reinos de Aragón y de Castilla. En el centro del desierto del Sahara se ganaba para la misma fe las tierras del actual Malí. Hoy en día persiste en Jenne la mayor y más interesante mezquita de barro del mundo musulmán, todo un prodigio de tecnología. La inmensa mezquita de Jenne se construyó en adobe, pieza sobre pieza, alcanzando sus muros unos nada despreciables sesenta centímetros de grosor. De esa manera el intenso calor del desierto no es capaz de atravesarlos en su totalidad, manteniendo el harram bastante fresco. El propio edificio se construyó con un entramado de madera de palma, visible a través del muro, y que le da ese aspecto tan característico en las mezquitas de adobe. Este entramado tiene una doble función. Por una parte sirve de andamio para restaurar los muros dañados por las lluvias de primavera, y por otro, y no menos importante, sirve de cojín amortiguador en las enormes dilataciones de los materiales a causa de los cambios de temperatura. En el techo, la mezquita posee unos agujeros tapados, durante el día, por cobertores cerámicos, y destapados durante la noche para canalizar el aire caliente del interior del edificio y facilitar su ventilación. De esta manera, y ante las extremas condiciones climáticas del desierto, el hombre es capaz de adaptar los escasos recursos de que dispone creando un edificio “sostenible”, antes de que se hubiese inventado la palabra

miércoles, septiembre 02, 2009

Setenta años del Horror.



El fuerte polaco situado en la península de westerplatte, veía como el acorazado alemán Shlewin-Holstein iniciaba hace setenta años una lluvia de fuego y acero hasta llevarlo a su completa destrucción. Eran las cuatro horas cuarenta y cinco minutos de la madrugada del día 1 de Septiembre de 1.939, el día en el que el Mundo contuvo la respiración y donde se inició el mayor de los conflictos bélicos en los que, hasta ahora, se había embarcado el ser humano. Ese conflicto dio como resultado, entre otros sesenta millones de muertos y la destrucción casi completa de Europa, solo Suiza y Portugal se libraron de la pesadilla aunque, por supuesto, también sufrieron sus consecuencias. En el mismo momento en que el acorazado alemán abría fuego contra la mencionada península polaca, las fuerzas terrestres alemanas iniciaron la incursión hasta la ciudad portuaria polaca de Gdansk. Aunque en Asia las fuerzas japonesas habían iniciado ya sus hostilidades contra China, el Mundo coincide en señalar el inicio del conflicto bélico con la invasión de Polonia, ya que dos días después Reino Unido y Francia declaran la guerra conjuntamente a Alemania. Pero hay un hecho que no nos puede dejar indiferentes y que los polacos se empeñan siempre en aclarar y es, la responsabilidad Soviética en esa invasión. No podemos olvidar que el Dictador Soviético Josef Stalin había firmado un Tratado de No Agresión con la Alemania Nazi en el mismo año. Este hecho llevó a Hitler a iniciar la invasión de Polonia confiando en el respeto al tratado por parte de la Unión Soviética, y en la actitud pusilánime de las democracias occidentales. Europa se metía de lleno en seis años de horror, muerte y destrucción. Lección que nunca debemos de olvidar.